– What the Qur'an, the scripture revered by the world's 1.7 billion Muslims, says about peace has never been more important.

Yet very little attention has been paid to this crucial subject.

In my book, “Muhammad - Prophet of Peace Amid the Clash of Empires” I fill this gap.

Let us picture the historical Muhammad, who was born about 570 years after the death of Jesus Christ whom he saw as his predecessor.

As a merchant from the small shrine city of Mecca in western Arabia, he frequently traveled to cities like Jerusalem and Damascus in the Eastern Roman Empire.

His trade would have been disrupted in the year 603, when the Iranian-Sassanian Empire invaded the Roman Near East, kicking off a brutal 26 year long war.

It was as time of both Christianity and Paganism.

Most people in the Roman Empire had embraced Christianity, but at the fringes of civilization, Bedouin and villagers still worshiped the old Arabian gods.

Muhammad's home town, Mecca, was the site of the Kaaba, a shrine to God.

Some may have worshiped only this supreme deity, but most simply added him to a pantheon with pagan goddesses depicted as his daughters.

Arab custom respected a major shrine to a deity, like the Kaaba, as a zone of peace.

Muhammad's clan, the Banu Hashim, were caretakers of the Kaaba and its pilgrimage, and in charge of settling feuds.

Peacekeeping was Muhammad's ancestral vocation.

The Qur'an speaks in Chapter 97 of the descent on Muhammad of the Holy Spirit and of angels on the night of the First Revelation, which occurred around the year 610, or about seven years after war broke out between the Roman Empire and the Sassanids.

That chapter ends by saying, "and peace it is, "until the breaking of the dawn." The revelation brings with it the peace of worship and spirituality.

Muhammad began preaching a strict Monotheism to Meccan pagans, who were outraged.

They harassed and boycotted Muhammad's early believers and in the face of this persecution, the Qur'an advises Muhammad in Chapter 73 "Be patient with what they say, "and take your leave of them graciously." Another chapter, 41, proclaims, "Good and evil are not equal.

"Repel the latter with the greater good "and behold, your enemy will become a devoted patron." The chapter called The Criterion speaks of "The servants of the All-Merciful "who walk humbly upon the earth "and when the unruly taunt them, "they reply, 'Peace'." Some sources allege that Muhammad and the believers supported the Roman Empire and that the pagans sided instead with the Iranian Sassanids.

The Qur'an tells Muhammad of the year 622.

"Recall, when the pagans were intriguing against you, "to kidnap you, or murder you, or to expel you." Under pressure, the prophet and his small community emigrated to the nearby city of Medina.

Pagan Mecca, however, launched three military campaigns in an attempt to take Medina and crush the new religion of Islam.

In each case, the believers and their allies in Medina who included the city's Jewish community, repelled these attacks.

The Qur'an suggests that one goal of these defensive battles was to protect Roman Christian churches to the north from the pagan marauders.

The Qur'anic verses commanding self-defense have been cherry-picked by anti-Muslim writers and by small cells of extremists to depict the prophet and the community as militant.

This is far from accurate.

The Qur'an says, "Fight in the path of God "those who enter into combat against you, "but do not commit aggression.

"God does not love aggressors." The Qur'an instructs the prophet to forgive the enemy and to always seek peace.

"Say to the pagans that, if they desist, "they will be forgiven for what went before." It adds, "If they incline toward peace, "you must incline toward it." By the year 629, Rome had defeated the Iranians who could no longer proffer any support to the pagans in Western Arabia.

Early in the year 630, the prophet led the believers in a peaceful procession from Medina to the holy city of Mecca.

There was some danger that the bellicose polytheists might massacre them.

The Qur'an says, "Behold, the pagans instilled "in their hearts a war fever, the war fever of the unruly.

"But God sent down his peace on his messenger "and on the believers." Almost miraculously, however, the Meccans folded.

The Qur'an recalls of God, "He it is who withheld their hands from you "and your hands from them in the heart of Mecca, "after he made you ascendant over them." The final chapter of sacred history ended without a military confrontation.

It ended, rather, with peace.

One of the last passages of the Qur'an says, "God thereby guides those follow his good-pleasure "to the ways of peace, and delivers them "from the shadows into light by his leave, "and conducts them to the straight path." This passage resembles the description of John the Baptist in the Gospel of Luke.

In both cases, a preacher arose in the wilderness prophesying the advent of peace.

I'm Juan Cole for the Emir-Stein Center.

– Lo que el Corán, la escritura venerada por los 1.7 mil billones de musulmanes en el mundo, dice sobre la paz nunca ha sido más importante.

Sin embargo, no se ha prestado mucha atención a este tema crucial.

En mi libro, "Mahoma - Profeta de Paz Entre el Choque de Imperios", llenaré este vacío.

Imaginemos al Mahoma histórico, quien nació cerca de 570 después de la muerte de Jesucristo a quien vio como su antecesor.

Como mercader de la pequeña ciudad santuario de la Meca en Arabia Occidental, viajaba frecuentemente a ciudades como Jerusalén y Damasco en el Imperio Romano Oriental.

Su oficio se vería interrumpido en el año 603, cuando el Imperio Sasánida invadió el Cercano Oriente Romano, iniciando una guerra brutal que duró 26 años.

Fue un tiempo de Cristianismo y Paganismo.

La mayoría de las personas en el Imperio Romano aceptaron el Cristianismo, pero en las periferias de la civilización, Beduino y los aldeanos todavía veneraban a los antiguos dioses Árabes.

La ciudad natal de Mahoma, Meca, era el lugar del Kaaba, un santuario de Dios.

Algunos habrían venerado únicamente a esta deidad suprema, pero la mayoría simplemente lo agregó a un panteón que representaba a diosas paganas como sus hijas.

La costumbre árabe respetaba a santuarios mayores para una deidad, como el Kaaba, como una zona de paz.

El clan de Mahoma, el Banu Háshim, eran cuidadores del Kaaba y su peregrinación, y a cargo de resolver feudos.

La vocación ancestral de Mahoma era la preservación de la paz.

El Corán habla en el capítulo 97 sobre el descenso del Espíritu Santo y los ángeles ante Mahoma en la noche de la Primera REvelación, la cual ocurrió cerca del año 610, o unos siete años después de haberse desatado la guerra entre el Imperio Romano y los Sasánidas.

Ese capítulo termina diciendo, "y la paz será, hasta el amanecer." La revelación trae consigo la paz de veneración y espiritualidad.

Mahoma comenzó a predicar un monoteísmo estricto.

A los paganos de la Meca, quienes se indignaron.

Acosaron y boicotearon a los primeros creyentes de Mahoma y a pesar de esta persecución, el Corán sugiere a Mahoma en el capítulo 73, "sé paciente con lo que dicen, y retírate de ellos con gracia." Otro capítulo, el 41, proclama, "el bien y el mal no son iguales." "repele al segundo con un bien mayor y observa, tu enemigo se convertirá en un patrón devoto." El capítulo llamado El Criterio habla sobre "Los sirvientes del Todo-Misericordioso que caminan humildemente sobre la tierra y cuando los revoltosos los provocan, ellos responden, 'Paz'." Algunas fuentes argumentan que Mahoma y los creyentes apoyaban al Imperio Romano y que los paganos apoyaron en su lugar a los Iraníes Sasánidas.

El Corán le dice a Mahoma en el año 622, "recuerda, cuando los paganos intrigaban en tu contra, para secuestrarte, matarte, o expulsarte." Bajo la presión, el profeta y su pequeña comunidad emigraron a la ciudad cercana de Medina.

La Meca pagana, sin embargo, lanzó tres campañas militares en un intento para tomar Medina y aplastar su nueva religión del Islam.

En cada caso, los creyentes y sus aliados en Medina que incluía a la comunidad judía de la ciudad, repelieron esos ataques.

El Corán sugiere que una meta de estas batallas defensivas era proteger a las iglesias Cristianas Romanas del norte de los saqueadores paganos.

Los versos del Corán comandaban la defensa propia y fueron elegidos cuidadosamente por escritores anti-musulmanes y por pequeñas células de extremistas para representar al profeta y su comunidad como militantes.

Esto es para nada cierto.

El Corán dice, "lucha en el camino de Dios a aquellos que entran en combate contigo, pero no cometas agresión." "Dios no ama a los agresores." El Corán instruye al profeta a perdonar al enemigo y a siempre buscar la paz.

"Dile a los paganos que, si desisten, serán perdonados por lo que sucedió antes." Y agrega, "si ellos .se inclinan hacia la paz, debes inclinarse hacia ella." Pero en el año 629, Roma había derrotado a los Iraníes que ya no podían proponer ningún apoyo a los paganos de Arabia Occidental.

A principios del año 630, el profeta guió a los creyentes en una procesión pacífica desde Medina hasta la ciudad santa de la Meca.

Existía un peligro de que los politeístas belicosos podrían masacrarlos.

El Corán dice, "Observa, los paganos infundieron en sus corazones la fiebre de la guerra, la fiebre de la guerra de los revoltosos." "Pero Dios envió su paz en su mensajero y en sus creyentes." Casi milagrosamente, sin embargo, los mecanos se rindieron.

El Corán recuerda a Dios, "aquél que ocultó sus manos de ti y tus manos de ellos en el corazón de la Meca, después de que él te hizo ascender sobre ellos." El capítulo final de la historia sagrada terminó sin una confrontación militar.

Terminó, en su lugar, con paz.

Uno de los últimos pasajes del Corán dice, "Dios por lo tanto guía a quienes siguen su placer del bien a los caminos de la paz, y les libera de las sombras hacia la luz en su partida, y los conduce por el camino correcto." Este pasaje se parece a la descripción de Juan Bautista en el Evangelio de Lucas.

En ambos casos, un predicador surgió en las tierras salvajes profetizando el Adviento de la paz.

Soy Juan Cole del Centro Emir-Stein.